El pasado 29 de marzo tuve el privilegio de asistir a un desayuno muy especial, una reunión exclusiva que se lleva a cabo el último domingo de cada mes en uno de los espacios más amenos de Guadalajara: El Jardín de en Medio. Este jardín escultórico, ubicado en Aldama #225 en la colonia Los Gavilanes, es un verdadero santuario del arte tridimensional y bidimensional, un espacio donde la naturaleza y la creatividad convergen en perfecta armonía.

Rodeados de imponentes esculturas de algunos de los artistas más importantes de la región, la atmósfera del encuentro era simplemente inigualable. El lujo no solo se encontraba en el entorno, sino en la calidad de la conversación, la riqueza del intercambio de ideas y la conexión entre artistas de distintas trayectorias, todos con un mismo propósito: compartir experiencias y fortalecer la comunidad artística.

El desayuno comenzó puntualmente a las 10 a.m. La mesa, perfectamente dispuesta, fue el escenario de charlas profundas sobre arte, inspiración y los retos que enfrenta el mundo creativo. Entre los asistentes se encontraban nombres de gran prestigio en la escena artística tapatía como Carmen Alarcón, Oscar Zamarripa, Miguel Ángel Martín del Campo, Karlos Ibarra, Verónica Fierros, Ann Ruth Pérez, Brenda Bañales, Hirán Lomelí, por mencionar algunos. Cada uno de ellos, con una trayectoria admirable, aportó su visión y experiencia en un ambiente cálido y distendido.

Como parte de la tradición del encuentro, tras la inspiradora charla, celebramos a los cumpleañeros del mes con un pastel, cerrando la reunión con un momento de alegría. Esta reunión es más que un desayuno: es una oportunidad invaluable para conectar con mentes creativas, nutrirse de nuevas perspectivas y fortalecer los lazos dentro del gremio artístico.

Espacios como el Jardín de en Medio no solo embellecen la ciudad con su imponente colección escultórica, sino que también sirven como puntos de encuentro para la reflexión y el diálogo entre artistas, convirtiéndose en un epicentro de creatividad y colaboración.

Sin duda, este tipo de reuniones refuerzan el valor del arte en nuestra sociedad y nos recuerdan la importancia de seguir cultivando espacios de diálogo e inspiración. Para mí, fue una experiencia enriquecedora que reafirma la relevancia del arte como un puente entre almas afines. Graias a Isaas Marquez, anfitrión de El jardín de en medio.
¡HASTA LA PRÓXIMA REUNIÓN!